Una de las decisiones más importantes (y a veces más subestimadas) a la hora de imprimir un libro es cuántos ejemplares imprimir. Planificar la tirada de libros de forma inteligente puede marcar la diferencia entre una inversión rentable y un gasto innecesario. Si imprimes demasiados, corres el riesgo de acabar con cajas llenas de libros sin vender; si imprimes pocos, podrías perder oportunidades de venta o tener que reimprimir con urgencia a un coste mayor.
¿Qué es exactamente la “tirada” de un libro?
La tirada de un libro se refiere al número total de ejemplares impresos en una misma edición. Por ejemplo, si decides imprimir 300 unidades de tu novela, esa es la tirada inicial. Algunas editoriales hacen tiradas de varios miles, pero los autores independientes y editoriales pequeñas suelen optar por tiradas más reducidas y escalables.

Factores clave para calcular tu tirada de libros
1. Tu objetivo principal
Antes de imprimir, pregúntate: ¿para qué estás publicando este libro?
- ¿Quieres venderlo? Necesitarás una estimación de la demanda.
- ¿Es un regalo corporativo o familiar? Con una cantidad concreta será suficiente.
- ¿Es un libro educativo para un curso o formación? Calcula en función del número de alumnos o grupos.
Saber el propósito de tu libro te ayudará a definir si necesitas una tirada grande, mediana o mínima.
2. Tu público real (no el ideal)
Muchas veces se sobreestima el número de personas interesadas. La clave está en analizar tu público real basándose en diferentes puntos:
- ¿Tienes una comunidad activa (redes sociales, suscriptores, alumnos)?
- ¿Vas a vender en librerías físicas, ferias o solo online?
- ¿Has hecho preventa o reservas anticipadas?
Cuanto más concreta sea tu audiencia, más ajustada podrá estar tu tirada inicial.
3. Tu presupuesto
El coste total de impresión está directamente relacionado con el volumen, pero no de forma lineal. Es decir, por ejemplo, imprimir 100 libros puede tener un coste de 300€, pero sin embargo, imprimir 500 libros puede tener un coste de solo 800€.
A mayor cantidad de libros impresos, menor es su precio por unidad, pero esto tiene una mayo inversión inicial y un mayor riesgo.
Lo ideal es buscar el equilibrio entre lo que puedes permitirte y lo que realmente necesitas.
4. El tipo de impresión
Hoy en día, gracias a la impresión digital, puedes hacer tiradas cortas o impresión bajo demanda sin que eso implique una calidad inferior.
- Si no sabes cuántos vas a vender, puedes empezar con 50 a 100 ejemplares.
- Si ya tienes ventas comprometidas, puedes imprimir más y reducir el coste por unidad.
Estrategia recomendada: la tirada escalonada
Una buena práctica para autores independientes es imprimir en pequeñas tandas según la demanda real. Por ejemplo:
- Primera tirada de 100 ejemplares para presentación, primeros lectores y preventa.
- Segunda tirada de 200-300 ejemplares si ves que hay tracción y pedidos.
- Reimpresiones posteriores solo si el libro sigue moviéndose.
Este enfoque te permite ajustar el gasto, reducir riesgos y mejorar aspectos del libro (como erratas) en futuras ediciones.
¿Hay una fórmula mágica?
No hay una fórmula exacta, pero puedes guiarte por esta sencilla estimación:
tirada = (reservas + seguidores comprometidos) + (stock de venta previsto x 2 meses)
Si tienes 50 reservas, 100 personas interesadas y prevés vender 30 libros al mes, podrías arrancar con 200-250 unidades. Luego evalúas la demanda real y decides si imprimes más.
¿Qué pasa si te quedas corto?
Nada grave. Con los tiempos de producción actuales, reimprimir es rápido. La mayoría de imprentas pueden entregarte una nueva tirada en pocos días. Es mejor reimprimir que acumular stock sin vender.
Para concluir
Planificar la tirada de libros adecuada no es solo cuestión de números: es una decisión estratégica que debe tener en cuenta tu público, tu presupuesto, tu objetivo y el canal de distribución. Hoy, con la posibilidad de hacer tiradas pequeñas y reimpresiones rápidas, el riesgo se reduce enormemente.
En Iverso te ayudamos a decidir cuál es la mejor tirada para tu caso, adaptándonos a cada etapa de tu proyecto editorial. Y recuerda: lo importante no es solo imprimir, sino imprimir con cabeza.