Si estás escribiendo un cuento infantil, una novela gráfica, un poemario o incluso un libro técnico con esquemas visuales, probablemente necesitarás la ayuda de un profesional del dibujo. Pero colaborar con un ilustrador de libros puede ser una experiencia maravillosa… o todo un dolor de cabeza si no se gestiona bien.
En este artículo te damos claves prácticas para que trabajar con un ilustrador sea un proceso fluido, creativo y eficaz. Desde cómo elegir al profesional adecuado hasta cómo evitar malentendidos y lograr un resultado que eleve tu libro impreso a otro nivel.
¿Por qué contratar a un ilustrador de libros?
Una imagen vale más que mil palabras, y en el mundo editorial una buena ilustración puede hacer que un libro destaque, se recuerde y conecte emocionalmente con el lector. No se trata solo de decorar: ilustrar un libro refuerza el mensaje, da personalidad a la obra y mejora la experiencia de lectura.
Podemos ver casos donde un ilustrador es clave, como por ejemplo pueden ser, libros infantiles o juveniles, novelas gráficas o cómics, libros de poesía, arte o fotografía y también en manuales o guías que sean visuales.

Cómo encontrar al ilustrador adecuado
No todos los ilustradores sirven para todos los estilos. Por eso es importante hacer una búsqueda intencional:
- Define qué necesitas: ¿portada, interiores, viñetas, esquemas? ¿Estilo realista, caricaturesco, minimalista?
- Revisa portafolios: plataformas como Behance, Instagram, Domestika o Fiverr te permiten ver el trabajo previo de ilustradores.
- Pide ejemplos similares: asegúrate de que ha trabajado en libros o formatos parecidos al tuyo.
- Valora la comunicación: más allá del talento, necesitarás alguien que entienda tus ideas y pueda adaptarse.
Qué debes acordar antes de empezar
Antes de que tu ilustrador empiece a dibujar, asegúrate de tener claro los diferentes puntos, como el número de ilustraciones a realizar, los plazos de entrega, el formato final de la ilustración, los derechos de uso y el presupuesto y forma de pago.
Todo esto es conveniente que esté claro antes de poder comenzar el proyecto.
Todo esto debería quedar recogido en un acuerdo o contrato por escrito, por muy informal que parezca el proyecto.
Cómo colaborar sin frustraciones
Una buena relación con tu ilustrador de libros se basa en la comunicación y el respeto mutuo. Aquí van algunos consejos clave:
- Sé claro con tu visión, pero también abierto a sugerencias. Confía en la parte creativa del ilustrador.
- Usa referencias visuales: imágenes, colores, escenas similares que puedan ayudar a transmitir el estilo deseado.
- Haz revisiones constructivas: evita frases como “no me gusta” sin explicar por qué. Sé específico.
- Organiza el feedback por fases: primero bocetos, luego color, después ajustes finales.
El objetivo no es solo obtener buenas ilustraciones, sino disfrutar del proceso creativo conjunto.
Ilustraciones para impresión: detalles técnicos importantes
Asegúrate de que el ilustrador entregue los archivos con las especificaciones necesarias para la impresión teniendo en cuenta lo siguiente:
- Resolución mínima de 300 ppp (píxeles por pulgada)
- Formato editable y PDF final
- Espacios de color adecuados (preferentemente CMYK, no RGB)
- Márgenes de seguridad y sangrado si la ilustración va a página completa
En Iverso, podemos ayudarte a revisar estos aspectos antes de enviar a imprenta para evitar errores comunes.
¿Cuánto cuesta un ilustrador de libros?
Dependerá del número de ilustraciones, del nivel de detalle y de la experiencia del profesional. Pero para que puedas orientarte, una portada sencilla oscila entre los 100 y 300€. Las ilustraciones interiores rondan un precio de 30 a 100€ por imagen.
Si tienes un presupuesto ajustado, puedes optar por ilustraciones parciales, estilo minimalista o incluso colaboraciones a porcentaje de ventas (aunque esto último requiere mucha confianza entre ambas partes).